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El maravilloso libro con las 10 oraciones más poderosas para combatir la ansiedad
Sumérgete en estas palabras llenas de fe y permite que Dios transforme tu corazón y mente. Porque, a través de la oración, Él puede calmar incluso las tormentas más intensas de la vida.
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Biography
¿Por qué orar a nuestro señor?
Orar a nuestro Señor Jesucristo nos conecta con una fuente infinita de paz, amor y esperanza.
En los momentos de ansiedad, la oración se convierte en un refugio donde podemos depositar nuestras cargas y confiar en que Él siempre escucha nuestras súplicas.
Jesús nos invita a acercarnos a Él con fe y humildad, prometiéndonos descanso para nuestras almas.
A través de la oración, fortalecemos nuestra relación con Él, encontramos consuelo en Su Palabra y recibimos la fortaleza necesaria para enfrentar las dificultades con confianza y serenidad
Salud
La oración fortalece no solo el espíritu, sino también el cuerpo, ayudándote a enfrentar los retos diarios con más energía y calma
Paz
Encuentra en la oración un refugio para tu alma y disfruta de una paz que solo Dios puede darte
Bienestar
La conexión con Jesús a través de la oración transforma tus días, llenándolos de equilibrio y armonía
Tranquilidad
Hablar con Dios te ayuda a dejar atrás las preocupaciones y a vivir con confianza y serenidad
¡Se un testimonio más!
Mándanos tu historia a esperanzayvidaweb@gmail.com
Yo no rezaba, pero cuando me sentí mal, le pedí ayuda a Dios. Después de eso todo empezó a cambiar. Ahora oro todas las noches y siento que Jesús está conmigo en todo momento
Ramiro G. (Mérida, Yucatán)
Siempre estaba preocupada por todo, no podía dormir bien. Empecé a orar y poco a poco me fui sintiendo mejor. Ahora siento que Jesús me cuida, y eso me da calma
Lupita C. (Tlaxcala, Tlaxcala)
Yo me sentía muy mal, todo el tiempo estaba nerviosa. Una amiga me dijo que rezara y empecé a hablar con Jesús. Poco a poco me fui sintiendo mejor. Ahora ya no tengo tanto miedo, siento que Él está conmigo
María H. (León, Guanajuato)
Yo no sabía rezar, pero un día solo hablé con Jesús y le pedí ayuda. Desde ese día me siento más tranquilo. Ahora rezo todos los días porque sé que Él me escucha.
Pedro A. (Querétaro, Querétaro)
Siempre he sido muy nerviosa y eso me hacía sentir mal. Empecé a orar porque ya no sabía qué más hacer. Desde que hablo con Jesús, siento que puedo con los días difíciles
Sofía L. (Aguascalientes, Aguascalientes)
Antes no creía en la oración, pero un día ya no sabía qué hacer y le pedí ayuda a Dios. Desde entonces las cosas empezaron a mejorar. Ahora oro todas las noches, y aunque los problemas siguen, ya no me siento tan solo
Jesús R. (Culiacán, Sinaloa)